1 de octubre de 2010

Me prometiste que iba a tener final

Era yo misma observándome desde otro punto de vista, como un fantasma que observa su cuerpo sin vida. Me veía a mi misma acostada en el suelo con mis pies apoyados contra la puerta, la cálida madera en la planta de los pies me hacía sentir bien. El frío del cemento se expandía por toda mi espalda. Veía mis ojos, el fiel reflejo de furia y frustración. La música sonaba muy fuerte, casi no dejaba oír mi propia respiración. Mis gritos ensordecedores se fundían entre la melodía de una buena canción. Los pulmones me colapsaban por los gritos, los golpes de mis pies contra la puerta advertían que algo no andaba bien, que ya no soportaba. Que no había ni sangre ni lágrimas, ya estaba completa mente seca, solo gritaba-

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