26 de mayo de 2011

"Hola, soy una Martina distinta" así empezaba mi primer sesión de regreso a terapia.
"Volví, me decidí a volver" a lo que ella me contestó cosas como "está muy bien" o cumplidos, por así llamarlos, poco interesantes.
La había abandonado hacía meses. Sin previo aviso. Solamente dejé de ir. Ni un llamado, nada. Por eso creo que me daba mas miedo volver. La cantidad de información que me había dado, las cantidades de verdades que echó en mi cara. Necesitaba tiempo para asimilar. Por eso la dejé. O solo uso eso para excusarme.
"Porque volviste?" No supe contestar. No tenía un motivo concreto o eso creía. Asi que evadí la pregunta contándole millones de cosas buenas. Ella parecía que me admiraba porque sus enormes ojos azules se saltaban de sus órbitas. Parecía que no podía creer que la chica que había estado meses atrás contándole una sarta de problemas esté ahí sentada y cuente infinidades de cosas buenas. Yo te avisé, soy otra.
Resultaba ser de las mejores sesiones de todas, me sentía realizada al ver que notaba mis grandes cambios. Todo o casi todo gracias a que el colegio no formaba parte de mi vida ya.
Todo iba genial hasta que ella dio con un punto débil. Un punto de quiebre. Por lo que ella creía que yo volvía a terapia. Le dije que no sabía, que podía ser y le conté una situación rápida. Hasta que me cortó y me dijo "Quedate pensando, lo hablamos en la próxima"
Primera sesión y ya empiezo a no quererte una vez mas-

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